Muchos seres humanos equiparamos libertad con opción; otros prefieren tener poder. Para los estudiosos de la conducta humana, estos dos elementos tienen una característica en común: el control. El poder te da control sobre lo que otras personas hacen, las opciones te ofrecen más control sobre lo que tú puedes hacer y, de acuerdo con un nuevo estudio, la gente está dispuesta a cambiar una fuente de control por otra. Por ejemplo, los investigadores aseguran que “si la gente carece de poder, demandan opciones, y si tienen opciones en abundancia no se esfuerzan tanto por alcanzar poder”.
La idea era descubrir si el poder y la elección eran dos caras de la misma moneda. Para ello, M. Ena Inesi y Simona Botti, de la Escuela de Negocios de Londres, junto a David Dubois, de la Escuela Internacional de Negocios en París, y Derek D. Rucker y Adam D. Gallinsky, ambos de la Universidad Northwestern en Estados Unidos, elaboraron una serie de experimentos dirigida a conocer mejor la relación que existe entre nuestro deseo de tener poder y de elegir libremente.
“La gente, instintivamente, prefiere altas posiciones de poder que bajas. De la misma forma, se siente bien cuando uno tiene una opción y no se siente bien cuando te quitan esa opción”, explicó Inesi. “Sospechábamos que la necesidad de control personal podría ser el factor que estos dos procesos, aparentemente independientes, tienen en común”.
Los estudios que elaboraron los equipos estuvieron dirigidos para comprender mejor la interrelación entre poder y elección. “Medimos si la carencia de una fuente de control como el poder, desencadena la necesidad de tener la otra, la elección”.
Veamos algunos de los experimentos ideados por los investigadores para obtener sus respuestas. En uno de ellos se manejó la empatía. Los participantes debían leer una descripción de las acciones de un jefe o un empleado. Un grupo debía ponerse en los zapatos del jefe, algo que les otorgaba poder, otro grupo debía identificarse con el empleado, lo que lo dejaba en una posición carente de poder. Más tarde, los participantes tenían que comprar o lentes para leer o helados y eran presentados con dos tiendas: unas tiendas tenían tres opciones de productos mientras que otras ofrecían quince. Los participantes que se identificaron con los empleados prefirieron manejar más lejos y esperar por más tiempo y así optar por las tiendas con más opciones. Estas conductas sugieren que la ausencia de poder hace que la gente se quede sedienta de opciones.
En otro grupo de experimentos los investigadores descubrieron lo contrario: cuando limitas las opciones, las personas buscan posiciones de poder. “Nuestros resultados indican que las personas pueden estar contentas si tienen o poder o elección, o ambos, pero no tener ninguno, por supuesto, los deja bastante insatisfechos”, explica. “Nuestros experimentos también sugieren que el poder y la elección son intercambiables y ese conocimiento nos ofrece información útil para aplicar en los lugares de trabajo. Es posible imaginar que una persona con una posición baja dentro de una organización puede sentirse mucho mejor sobre su posición si le ofrecemos opciones varias”, informa Dubois.
Ciertamente, el control es un elemento de importancia entre humanos y el hecho de que sintamos más su presencia a través del poder y la elección nos ofrece una fresca mirada al comportamiento de aquellos que desean tener control sobre los demás retirándoles sus opciones. Este tipo de comportamiento siempre generará descontentos extremos, tanto en los lugares de trabajo, donde se considera una forma de explotación, como en las sociedades, donde la implementación de control mediante las vías de poder pueden generar rebelión y guerras al despojar a la población de sus opciones.
Por supuesto, muchas personalidades humanas preferirán tener opciones, y así conseguir más control sobre sus vidas, que tener poder sobre los demás; otras personas preferirán siempre el poder. No obstante, la repartición justa de poder y opciones para que haya una distribución equitativa de control es necesaria para formar sociedades estables. Los gobiernos que usan el poder para controlar, imponiendo límites de opción a la población, siempre dominarán bajo la sombra del descontento y el potencial para una revuelta.
Los resultados fueron publicados en el diario Psychological Science http://www.psychologicalscience.org/
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