
Gao Yang 文宣皇帝 fue un general chino temido por sus crueles métodos, se autoproclamó emperador del reino Qi del norte, manteniéndose este durante veintisiete años (550-577 d.c.).
El general quiso estudiar mejoras en el uso militar de las cometas (hasta entonces servían al ejército como herramienta de señalización).
Las cometas eran populares en toda China, y Gao Yang estaba inspirado por el Maestro Gongshu; un prolífico ingeniero y literato contemporaneo de Confuncio que fabricó mil años antes que él una cometa enorme con forma de pájaro; se mantuvo en el aire durante tres días (según las crónicas).
A Gao Yang se le ocurrió que un hombre sobre una cometa de las dimensiones oportunas podría ser un perfecto oteador en el campo de batalla. Ordenó construir varios modelos de prueba con cañas de bambú y papel, y forma de buho.
No tuvo problemas en reclutar personal para sus experimentos en los calabozos, entre ellos Yuan Huangtou, hijo del anterior emperador destronado por el propio Gao.
Las pruebas se realizaron el año 559 d.c. en la ciudad de Ye, hoy inexistente (localización debajo).
Los prisioneros eran lanzados desde lo alto de la torre del Fénix, sólo Yuan Huangtou consiguió planear y llegar vivo a tierra, según las crónicas de la época (1), (2), hasta el conocido como sendero púrpura, más allá de las murallas de la ciudad, a una distancia de 2,5 kilómetros aproximadamente.
Yuan Huangtou se convertiría así en el primer hombre en volar y sobrevivir al intento. Pionero a la fuerza no tuvo ningún reconomiento y poco tiempo después será ejecutado junto al resto de su familia.
La revista National Geographic en su edición española de este mes (página 24), data el primer vuelo en el año 1783 de nuestra era.
Los chinos dieron diferentes usos bélicos a las cometas; inicialmente como balizas, posteriormente, tras el invento de la pólvora (siglo IX d.c.), bombardearían con cometas cargadas de explosivos sus objetivos en batallas y asedios, también se cuenta que las utilizaron para lanzar propaganda sobre los ejércitos mongoles.
Marco Polo detalla una extraña tradición de los marineros chinos en sus memorias (año 1285 d.c.), (1):
Y os diremos (dice él) cómo probar si, cuando un barco debe hacer algún viaje, su negocio irá bien o no. Los hombres del barco tendrán una estructura de mimbre y en cada esquina y lado del marco habrá una cuerda atada, de tal manera que haya ocho cuerdas; y todas ellas estarán atadas al extremo final de una cuerda más larga.
A continuación, buscarán a algún loco o borracho, ya que nadie en su sano juicio o con la mínima inteligencia se expondría a tal peligro, y lo atarán a la estructura. Esto debe hacerse cuando haya viendo fuerte. Posteriormente y situando la estructura contra el viendo, este la levantará y la elevará por el cielo, mientras que los hombres la sujetan por la cuerda larga (…) de tal manera que si la cuerda fuese lo suficientemente larga, se elevaría tanto que no sería visible.
Si la cometa se elevaba lo suficiente, sería señal de buen augurio y salían a la mar.
Desde occidente nos hemos considerado inventores y descubridores sin indagar antes en la historia de otras civilizaciones, cada vez es más conocido que la imprenta o la brújula son también de origen chino, por poner un par de ejemplos.
En el caso del primer vuelo del hombre, las teorías tradicionales han apuntado a los inventos de Da Vinci, al monje Oliverio de Malmesbury, a la invención del globo aeroestático, etc. Y en la cultura popular, animada por la propaganda estadounidense, a los hermanos Wright.
bonus:
El primer vuelo documentado fuera de China lo realizaría el protohumanista Abbás Ibn Firnás (nacido en Ronda, Málaga), desde una torre en Córdoba, en el año 875 d.c. Es considerado el primer intento científico de volar, que además tuvo éxito, aunque al aterrizar se fracturara las piernas.
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