
El ibuprofeno es un fármaco que actúa impidiendo la formación de prostaglandinas en el organismo, ya que inhibe a la enzima ciclooxigenasa. Las prostaglandinas se producen en respuesta a una lesión, o a ciertas enfermedades, y provocan inflamación y dolor. El ibuprofeno reduce la inflamación y el dolor.
Gracias a la investigación de la clínica Mayo y de la academia de neurología se ha llegado al resultado de un estudio que arrojo una reducción en el desarrollo del Parkinson en un 38%, pues produce un efecto neuroprotector que reduce el riesgo de desarrollar Parkinson e incluso retrasar sus efectos, lo cual es una gran noticia pues por primera vez existe la posibilidad de que 20 años antes de que se desarrolle la enfermedad se pueda otorgar la oportunidad de detener los síntomas (ansiedad, estreñimiento y problemas gastrointestinales).
En el estudio participaron 136,474 personas que no tenían la enfermedad, se les pregunto si tomaban algún analgésico no esteroide como aspirina, ibuprofeno o acetaminofeno y después de 6 años solo 293 desarrollaron la enfermedad, lo que permitió observar que los usuarios habituales de ibuprofeno tenían casi 40% menos probabilidades de desarrollar Parkinson. Los resultados fueron iguales independientemente de la edad, consumo de tabaco e ingesta de cafeína, otros analgésicos no asteroideas no parecen tener ningún efecto.
Ensayo publicado en la revista Neurology por James H. Bower
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