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sábado, 7 de junio de 2014
Síndrome de Williams: el sindrome opuesto al del autismo
"Si quiero salir a la calle a hacer cosas me pongo muy ansioso. Vivo con mi madre porque no quiero estar solo. No puedo hacer dinero, y desearía poder".
Chris Steel tiene 40 años, es increíblemente amigable y encantador. Su momento más feliz es cuando está es un escenario actuando en obras como "Rebelión en la granja", de George Orwell.
De niño, su carácter bondadoso lo llevó a la cabecera de la cama de una de las víctimas de la tragedia en el estadio de Hillsborough en Sheffield, ocurrida en 1989, en la que 96 personas murieron aplastadas por una avalancha durante un partido entre los clubes ingleses Liverpool y Nottingham Forest.
Lo hizo con tanta compasión y diligencia que la entonces primera ministra Margaret Thatcher le hizo un reconocimiento.
Pero Steel es incapaz de salir solo, una vez lo hizo y su naturaleza extravertida hacia los desconocidos y la dificultad de entender cuándo está en peligro hizo que le diera su teléfono a un desconocido, que se lo robó.
Sufre de ansiedad severa y necesita que las personas que le rodean lo reconforten constantemente.
"Bueno atrayendo a gente"
Chris sufre del síndrome de Williams (SW), un raro trastorno genético que se crea por la pérdida del material genético del cromosoma 7. Con frecuencia se lo conoce como "el opuesto al autismo".
Las personas con SW son empáticas, sociables, amigables y adorables, pero tienden a tener un coeficiente intelectual bajo, lo que hace que tareas como contar dinero sean algo difícil.
Pueden sufrir de ansiedad extrema ante estímulos como el zumbido de una abeja o la textura de las comidas.
En algunos casos la necesidad de que los reconforten hace que estos niños, de hogares donde son queridos, llamen a emergencias para fingir alguna situación, todo por su anhelo de atención de los adultos.
El SW, que se identificó por primera vez en 1961, también puede causar problemas cardíacos, retrasos en el desarrollo y dificultades para el aprendizaje.
Características psicológicas del síndrome de Williams
*Necesidad de llamar la atención, particularmente en las fiestas.
*Audición extremadamente sensible: desde sirenas, autos, aspiradoras, secadores de mano y fuegos artificiales hasta el zumbido de las abejas.
*Trastorno de déficit de atención.
*Afinidad por la música.
*Dificultad para las relaciones espaciales, los números y el razonamiento abstracto.
*Deseo de agradar y ser útil.
*Capacidad para evaluar y reaccionar ante situaciones sociales sin entenderlas.
*Retraso para aprender a caminar, hablar y usar el baño.
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